MIRADORES EN GRANADA
Granada es una ciudad llena de miradores famosos que han cantado poetas como Ibn Zamrak (granadino del siglo XIV), Lorca o Machado. Todos han elogiado sus extraordinarias perspectivas, sus luces difuminadas y esa banda sonora en la que los ladridos lejanos e invisibles se confabulan con la línea de fuga del horizonte: «Sin luz de plata en sus copas / los árboles han crecido, / y un horizonte de perros / ladra muy lejos del río». La provincia de Granada no es menos: atesora miradores en balcones, azoteas y atalayas donde el mundo, créanlo, se transforma en belvederes, como llaman los italianos a esos altozanos que permiten la forma más bella de ver. ¿Paseamos por los miradores de Granada?
1. El Puntal de don Diego
En el municipio de Gorafe se eleva este emblemático mirador del Geoparque de Granada, que traslada al viajero a un paisaje propio de El garaje hermético de Moebius o, incluso, con más imaginación, a un planeta distinto aún inexplorado. Desde El Puntal se abre un diorama espectacular y extenso de cárcavas arcillosas que, en la zona de Los Coloraos, compiten en tonalidades irreales -rojizas, a veces bermejas, otras rosáceas o de un castaño con pliegues azafrán- y transportan al observador a una dimensión desconocida
2. El Fin del Mundo
Este promontorio del Geoparque parece entresacado del Apocalipsis de san Juan. Está situado en Beas de Guadix y desde su cúspide natural, con el inmenso telón de fondo de Sierra Nevada, se pueden admirar los valles de los ríos Alhama y Fardes, así como el perfil brumoso de sus municipios: Cortes y Graena, Beas, Marchal y Purullena, con sus badlands y montañas bulbosas, de un marrón oscuro que se transforman con la luz. Se aconseja llegar a pie desde Beas por una pista de un kilómetro que acaba en el Fin del Mundo.
3. El Jabalcón
La cima del cerro Jabalcón, otra de las joyas elevadas que atesora el Geoparque de Granada, forma parte de la cuenca de Guadix-Baza. Es un macizo carbonatado de 1.492 metros formado por piedras calizas que permite una visión prodigiosa de 360 grados y abarca los más de 4.000 kilómetros cuadrados que combinan las rugosidades pardas de la tierra con el verde oscuro de la vegetación. Algo así como un prodigioso resumen de las características geológicas y geomórficas de un espacio casi sobrenatural.
4. Mirador de National Geographic
Ofrece unas magníficas vistas de Montefrío desde la carretera de Tocón y su nombre es un ejercicio de agradecimiento a la publicación que, gracias a un difundidísimo reportaje lleno de merecidos elogios, revitalizó el turismo en la localidad del Poniente Granadino. Montefrío está cargado de historia. El Castillo, que fue un lugar de batalla encarnizada durante la conquista de Granada, es ahora desde el mirador un espacio de fascinación muy concurrido, igual que su iglesia redonda y su entramado de calles.
5. La Magdalena de Guadix
Si Guadix, a ras de suelo, es una población admirable y llena de historia y monumentos, contemplada desde el mirador de la Magdalena, a vista de pájaro, el plano alcanza cotas espléndidas. El Cerro de la Magdalena es su promontorio más característico y constituye en sí mismo un atractivo. Desde su cumbre la vista abarca la Catedral y la Alcazaba, el casco histórico, el barrio de las Cuevas y luego se pierde por la vega.
6. Tajos de Alhama
Si hay un romance que realce la admiración que ha causado Alhama de Granada y sus tajos a lo largo de la historia es el Romance del rey moro que perdió Alhama cuyos ecos quejumbrosos aún resuenan en los libros y la memoria. Visitar Alhama es asomarse a la historia y hojear los libros de los viajeros románticos. Los Tajos se formaron por la erosión del río Alhama y sus hendiduras alcanzan una profundidad de 50 metros. La Huerta de Santa María es la entrada natural a Los Tajos. En la confluencia del barranco del Aserradero se elevan tres miradores para elegir perspectiva.
7. Mirador del Embrujo
La conversión del municipio de Soportújar, conocido como el balcón de la Alpujarra, en un centro dedicado a resaltar la historia de la brujería para turismo familiar ha transformado también su asombroso mirador natural en el Mirador del Embrujo. Y sus eras en la Era de los Aquelarres, donde las hechiceras almacenan sus brebajes.
8. Enrique Morente
El mirador Albaicín de Salobreña cambió su nombre por el de Enrique Morente en 2012, dos años después de la muerte del genial cantaor flamenco. Desde entonces la impresionante vista de verde y mar luce una escultura diseñada por Javier Arteta. El cantaor “mira hacia el infinito, mira hacia el mar, hacia la vega de Salobreña y mira hacia el futuro”.
9. Isabel de Castilla
Este mirador de nuevo cuño y diseño vanguardista permite contemplar un panorama completo y hermoso de Loja. El contraste entre el diseño rompedor de la atalaya y la vista de La Alcazaba y demás monumentos con sus viejas piedras y su centenaria historia subyuga al visitante.
10. Cueva del Gato
En el Parque Natural de la Sierra de Huétor, el mirador de la Cueva del Gato es un lugar privilegiado y sobrecogedor. Valle, encinares y densos matorrales caracterizan este paraje en el que se vislumbra la corriente mínima del río Darro con el telón de fondo de Sierra Nevada. A la derecha, en el Cerro del Maúllo, sobreviven trincheras de la Guerra Civil junto a la Cruz de Víznar, elemento icónico del lugar