Te estaremos esperando cuando nos permitan viajar, cuando no sea un peligro saludarnos con la mano y despedirnos con un beso. Cuando podamos disfrutar juntos de una copa de vino y compartir memoria de un día inolvidable.
Te estaremos esperando con ganas de volver a estar juntos, de compartir desayunos debajo de la higuera, el olor a pan y bizcocho recién hechos. Luz de sierra en tardes de brisa fresca a la sombra de olivos.
Te estaremos esperando para oír de nuevo el ruido del agua pasar por las acequias y ver, desde la terraza, vestirse a la montaña con sus mejores galas para la cena.
La algarabía de los pájaros este año, siento que es mayor a la de otras primaveras y las cabras montesas recolonizan espacios perdidos en la Sierra como no lo habíamos visto antes.
Te estaremos esperando, mientras la naturaleza que nos rodea vuelve a recuperar un espacio perdido, se hace presente y se descubre en tiempo y espacios, ahora diferentes.
Y entre tanta incertidumbre y buenos deseos, te estaremos esperando para compartir, con respeto y con sosiego, nuestra tierra. Un tierra que sin duda será un lugar más sano y feliz para todos.